Una carta de menú puede estar escrita con Comic Sans en fondo fucsia. O puede estar bien diseñada.
La diferencia no es estética. Es económica.
En Taller42 lo vemos cada día: un diseño pensado con cabeza y estrategia no solo gusta… vende más. Y aquí te explicamos por qué.
Antes de leer una oferta, un cliente ya se ha hecho una idea.
Una tipografía clara, un buen equilibrio visual, los márgenes correctos y un uso profesional del color generan confianza inmediata.
💬 “Si este negocio cuida así su imagen… también cuidará lo que me vende.”
Un buen diseño no solo embellece: ordena.
Destaca lo importante, jerarquiza la información, lleva al ojo justo donde queremos.
Eso es clave en un menú, un folleto o incluso en un rótulo: si el cliente no sabe qué hacer… no hará nada.
Las personas no compran por lógica. Compran por sensaciones.
Un diseño mal hecho crea fricción, confusión o incluso desconfianza.
Uno bien hecho despeja el camino y activa el deseo.
Hay quien dice: “Bah, eso es solo diseño”.
Nosotros decimos: eso es diseño bien hecho. Y se nota en la caja.
Diseñamos para que funcione.
Si ya tienes una idea, la afinamos.
Si no sabes por dónde empezar, te guiamos.
Y si vienes de una chapuza… te ayudamos a arreglarla.
Porque si tú vendes más, nosotros también ganamos.